Las varices son un problema común que afecta a muchas personas, especialmente con el avance de la edad. Se generan a partir de venas dilatadas que, a lo largo del tiempo, experimentan cambios en su estructura y función. ¿Pero por qué se forman exactamente?

En un cuerpo sano, el sistema venoso está diseñado para transportar la sangre desde las extremidades hacia el corazón. Este proceso se facilita por el trabajo de los músculos, que actúan como bombas. Sin embargo, factores como el sedentarismo y el paso del tiempo pueden influir profundamente en este mecanismo.

Cuando una persona pasa largos periodos de inactividad, la sangre tiende a acumularse en las venas de las piernas. Este estancamiento aumenta la presión en las venas, lo que provoca que se dilaten gradualmente. Con el tiempo, estas venas dilatadas pierden su elasticidad.

Las venas cuentan con válvulas que se abren y cierran para regular el flujo sanguíneo. En condiciones normales, estas válvulas se abren al aumentar la presión de la sangre que asciende hacia el corazón. Sin embargo, cuando las venas se dilatan, las válvulas pueden quedarse abiertas de manera constante.

Esto provoca que la sangre no solo suba hacia el corazón, sino que también baje y se acumule dentro de las venas, dando lugar a la formación visible de varices. Esta acumulación no es solo un problema estético; puede llevar a complicaciones de salud, tales como lesiones cutáneas o trombosis.

Al adoptar un estilo de vida más activo y hacer ejercicio regularmente, es posible mejorar la circulación sanguínea. Incorporar actividades como caminar, nadar o andar en bicicleta puede ayudar a prevenir la formación de varices y mantener un sistema venoso saludable.

Las varices son el resultado de una serie de cambios que ocurren en el sistema venoso a medida que envejecemos y experimentamos distintos niveles de actividad física. Comprender el proceso de formación de varices puede ser el primer paso hacia la implementación de hábitos saludables. Para quienes ya las padecen, existen diversas opciones de tratamiento, desde cambios en el estilo de vida hasta intervenciones médicas.

Mantener una buena salud venosa es vital. Asegúrate de estar activo y de cuidar de tu sistema circulatorio para evitar problemas mayores en el futuro.