En los últimos meses, un grupo de arqueólogos, respaldados por sistemas de inteligencia artificial, ha logrado realizar descubrimientos sorprendentes en el desierto de Nazca, Perú. Estos nuevos hallazgos han permitido identificar casi tantos geoglifos como los descubiertos en el último siglo, revelando fascinantes maneras en que las civilizaciones antiguas interactuaban con su entorno.
Extendido sobre unos 500 kilómetros cuadrados y ubicado a una media de 500 metros de altitud, el desierto de Nazca posee condiciones climáticas excepcionales. Con poca lluvia y tierras secas, este lugar ha conservado por siglos una serie de figuras y líneas intricadas creadas por las antiguas civilizaciones que habitaron la región. Los geoglifos son una manifestación cultural que han perdurado en el tiempo gracias a la falta de actividades agrícolas y ganaderas en la zona.
Los arqueólogos han podido distinguir entre dos grandes tipos de geoglifos: las figuras lineales y los geoglifos en relieve. Las formas lineales son extensas, alcanzando varios kilómetros de longitud, mientras que los geoglifos de relieve son de menor tamaño. Además, se ha demostrado que la mayoría de estos nuevos hallazgos son de tipo relieve, lo que ha ampliado la comprensión de la iconografía nazca.
El uso de inteligencia artificial en estos descubrimientos ha representado un avance significativo. Masato Sakai, un científico de la Universidad de Yamagata, explica que el sistema de IA fue fundamental para analizar las vastas áreas del desierto que cubren más de 400 kilómetros cuadrados. A través de imágenes de alta resolución obtenidas desde aviones y satélites, la IA pudo proponer más de 1,300 posibles candidatos a geoglifos, de los cuales una cuarta parte resultó ser auténtica.
Los nuevos geoglifos descubiertos han permitido a los investigadores identificar patrones interesantes. Por ejemplo, se ha observado que una gran parte de las figuras representa motivos silvestres, como animales y plantas, mientras que otros geoglifos, la mayoría de tipo relieve, exhiben características que sugieren una conexión con elementos humanos. Según los autores del estudio, alrededor del 82% de las figuras más recientes muestran algún tipo de modificación humana.
Los descubrimientos no solo aportan nuevos geoglifos a la lista, sino que también dan pistas sobre sus posibles funciones. Investigaciones han indicado que muchas de estas figuras se encuentran cerca de antiguos senderos, lo que sugiere que fueron creadas para ser vistas por los caminantes. Además, algunos geoglifos parecen estar alineados con rutas ceremoniales hacia el centro ceremonial de Cahuachi, un importante sitio espiritual de la cultura Nazca.
A medida que la tecnología avanza, es evidente que la inteligencia artificial puede revolucionar el campo de la arqueología. La capacidad de la IA para analizar grandes cantidades de datos e imágenes de forma eficiente abre nuevas oportunidades para el descubrimiento y preservación del patrimonio cultural. Con la ayuda de la inteligencia artificial, los arqueólogos pueden descubrir y entender mejor los vestigios de culturas antiguas y la forma en que sus creaciones han moldeado el mundo que los rodea.